Es frecuente, sobre todo en verano, cuando se realizan marchas o salidas no urbanas, que alguno de los componentes del grupo sea “picado” por una avispa o abeja. También es frecuente el desconocimiento generalizado y el pavor desmedido que causa a veces este pequeño accidente. Y es que la era de la “hiperdesinformación” en internet, beneficiosa en ocasiones y muy destructiva en otras, provoca que perdamos el sentido común y que no graduemos la importancia del hecho.
Sólo hay dos situaciones en las que hay que estar alerta:
1) En los pacientes con alergia al veneno de abeja o avispa (muy pocos), que generalmente están ya muy advertidos y portan con ellos la solución: Una ampolla de Adrenalina preparada para su autoadministración.
2) Cuando la localización de la picadura es en la boca, faringe, lengua, paladar o nariz, por la posibilidad de que se obstruya la vía aérea.
En cualquier otra localización hay tiempo suficiente para acudir a un centro de salud y mientras tanto se pueden tomar medidas caseras eficaces. Lo primero será explorar si existe aguijón y retirarlo con unas pinzas, sin apretar para que no se expanda el veneno. Se va a formar un habón o edema redondeado rosado o rojo peripicadura. Y éste es el que va a provocar dolor y tumefacción. No hay que aplicar vinagre, amoniaco, pasta de dientes, aceite… y tantas otras ineficaces..! Se trata de aplicar frío local. Para ello podemos recurrir a diferentes medidas: La más a mano probablemente sea el barro, que resulta de mezclar la tierra que pisamos con el agua que llevamos, manteniendo un plastrón que el aire mantiene frío. Aunque también se puede aplicar una fruta fría partida, hielo, bolsa de congelados, hojas mojadas, etc…, (“repetimos: frío local”).
Para la situación de emergencia, que comentamos en los puntos 1) y 2) (alergia y localización ingrata) habrá que administrar Adrenalina subcutánea, si el paciente está inconsciente, muy hipotenso (tensión arterial menos de 80/50 mmHg) o con evidente asfixia por bronco espasmo u obstrucción alta de la vida aérea. Es recomendable llevar en nuestro botiquín-mochila la adrenalina autoadministrable. Y nos la puede recetar nuestro médico de cabecera y en la caja se describe la forma de autoadministración (se administra toda la ampolla). Existen otras ampollas que vienen en una jeringa precargada que solo precisan colocar una aguja. Los médicos solemos poner media ampolla subcutánea o un tercio si existe gravedad pero no estado inconsciente y se puede repetir a los 2-5 minutos si no mejora. Aunque las autoadministradas vienen preparadas para su inyección completa.
Es muy típico en las consultas de urgencias de atención primaria, recibir a pacientes que solicitan atención a estas lesiones. Para el dolor o picor en el sitio de la picadura la gran mayoría de las veces basta con el frío local y en otras se puede tratar con crema corticoide (Batmen, Lexxema, etc). O crema con corticoide y antibiótico asociados como Diprogenta o Diproderm-gentamicina (ya que el aguijón a veces infecta el tejido celular subcutáneo). Solamente recomendamos la inyección intramuscular de corticoide (Urbason) cuando hay inflamación importante de una mano, pie, cara, oreja, párpado, labio) o cuando se han sufrido varias picaduras. No merece la pena pasar por el dolor de la inyección por solo un pequeño habón.
NOTA IMPORTANTE: Si se tiene mucho prurito o picor, se puede tomar un antihistamínico oral, como Polaramine o Atarax en solución o comprimidos, PERO NUNCA EN CREMA (Fenergan crema o Polaramine crema) PORQUE PUEDEN PRODUCIR REACCIONES DE HIPERSENSIBILIDAD POR EL SOL.
Francisco Guerrero Frías. Médico de Familia. Instructor de Marcha Nórdica